Repaso mis lecciones delante del espejo, y me digo que a larga lo bueno es lo correcto, respiro lentamente, me vuelvo hacia la barra del bar donde tú estás. Y tú que te conoces el mapa de mi alma, no sabes que hay un mundo detrás de mi mirada, sabes abrir mis puertas preguntándome si todo va bien o algo va mal. Y aquí es cuando tus ojos me dejan desarmada, rompiendo en mil trocitos mi parte más exacta, pequeña teoría convertida en un montón de palabras, que vuelven solas a casa.

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